viernes, 3 de febrero de 2012

Tu Oportunidad


Aun conservo lainvitación de mi boda, en la que un Sábado 8 de Agosto de 1998, contraje matrimonio con la Pastora Mayra.
Recuerdo que en esa ocasión, la membresia entera de la iglesia estuvo invitada y en su mayoria atendieron nuestra celebración, con escepción de algunas hermanitas que mientras nosotros celebrabamos, ellas lloraban en su casa la perdida de su posible principe azul, que se les habia hido de sus garras.
Recuerdo que yo tenia 25 años y mi esposa 20, gracias a Dios como buen embajador del cielo, me habia preparado comprando anillo, casa, carro, muebles, en fin estabamos basicamente “acomodados”.
Cuando mandamos hacer las invitaciones, lo hicimos con mucho cuidado, pensando en lo que queriamos se imprimiera, el color, el tipo de letra, el color de la tinta, pensando en los invitados y el numero de ellos; lo triste de las invitaciones que que despues de que se los invitados las reciben ¿en donde terminan? En la basura.

Como he estado enseñándoles, si reflexionamos en la historia del pueblo de Israel a punto de entrar en la tierra prometida y ver a esos gigantes. Muchos piensan que los gigantes de la Tierra Prometida estaban allí para impedir que los israelitas la conquistaran, pero es al contrario. Esos gigantes prácticamente cuidaban la tierra porque no permitieron que nadie más que los elegidos del Señor la conquistaran. Quizá otros pueblos lo intentaron, pero solamente el pueblo de Dios tenía la fe para conquistarla porque conocía Su poder y estaban llenos del Espíritu Santo. ¡Tú puedes conquistar lo que otros no logran porque tienes fe y conoces al Señor quien te ayudará a derribar esos gigantes que han cuidado lo que te pertenece! Hay gigantes guardando tu bendición, pero debes luchar por alcanzarla porque sólo lo lograremos quienes confiamos en el poder de Dios. Los gigantes no pueden derrotar a los hijos del Señor, así que aprovecha tu oportunidad y toma lo que te corresponde.

La gente se queja de las oportunidades que otros tienes, pero no se dan cuenta de las que desperdician. Por ejemplo, de las personas que tuvieron oportunidad de ir al colegio, sólo una pequeña cantidad aprovecharon el tiempo y obtuvieron buenas calificaciones, el resto, desaprovechó la misma oportunidad. De los millones de personas que tienen una Biblia, solamente un pequeño porcentaje ha aprovechado esa oportunidad y la ha leído, por lo que está preparada con fe y Palabra para vivir mejor. ¿Lo ves? Muchos tienen su oportunidad pero no la aprovechan. No puedes quejarte de las oportunidades que no tienes, si desaprovechas las que te han dado.
Algunas personas se llenan de amargura y resentimiento porque desean las oportunidades que otros tienen y no aprovechan las propias que les parecen pequeñas.  La vida no se trata de grandes oportunidades, sino de sacarle provecho a las que tenemos. Tu sociedad y tu entorno familiar mejorarán cuando dejes de quejarte, hagas a un lado el resentimiento y la amargura para aprovechar tu oportunidad.

Mateo 25:14-30 Porque el reino de los cielos es como un hombre que yéndose lejos, llamó a sus siervos y les entregó sus bienes. A uno dio cinco talentos, y a otro dos, y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad; y luego se fue lejos. Y el que había recibido cinco talentos fue y negoció con ellos, y ganó otros cinco talentos. Asimismo el que había recibido dos, ganó también otros dos. Pero el que había recibido uno fue y cavó en la tierra, y escondió el dinero de su señor. Después de mucho tiempo vino el señor de aquellos siervos, y arregló cuentas con ellos. Y llegando el que había recibido cinco talentos, trajo otros cinco talentos, diciendo: Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros cinco talentos sobre ellos. Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. Llegando también el que había recibido dos talentos, dijo: Señor, dos talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros dos talentos sobre ellos. Su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. Pero llegando también el que había recibido un talento, dijo: Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste; por lo cual tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo que es tuyo. Respondiendo su señor, le dijo: Siervo malo y negligente, sabías que siego donde no sembré, y que recojo donde no esparcí. Por tanto, debías haber dado mi dinero a los banqueros, y al venir yo, hubiera recibido lo que es mío con los intereses. Quitadle, pues, el talento, y dadlo al que tiene diez talentos. Porque al que tiene, le será dado, y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado.

La parábola de los talentos nos revela valiosos principios de productividad y oportunidades. Pero antes de analizarlos detalladamente, es bueno reflexionar en lo importante que es la actitud para ser realmente productivo. Al leer la parábola, vemos que el siervo improductivo era insolente y arrogante porque fue el único que se jactó que conocer a su señor y no era así. Le dijo que había enterrado el talento por miedo, porque  ¡sabía que era mezquino y exigiría resultados que no merecía! ¿Desde cuándo es permitido  hablarle así a la persona que ha confiado en tus capacidades y te ha entregado lo suyo para que produzcas algo bueno? Nadie mezquino y egoísta entrega lo propio para que otros trabajen y se beneficien. Así que ten mucho cuidado de no criticar a tu jefe quien firma tu cheque de salario cada mes. No desperdicies la oportunidad que tienes de trabajar y ser productivo. Si leemos con detenimiento, verás que los dos siervos productivos no presumieron de conocer al señor que les confió su dinero. Y sucede muchas veces que el empleado negligente e inútil se dice “amigo y persona de confianza” de la persona a quien critica. Cuídate de no ser siervo inútil, improductivo y prepotente.

Luego de esta reflexión sobre una buena actitud, veamos la lección sobre productividad según las leyes del Reino. Primero confirmamos que todos recibieron de acuerdo a su capacidad , uno recibió 5 talentos, otro 2 y el tercero recibió 1 talento. El capital que se repartió en total fue de 8 talentos y en la grafica podemos ver los porcentajes que representa cada cantidad para el total:
Aunque para el dueño era poco lo que recibió el primero, para esa persona era todo lo que tenía para producir. Esto nos enseña que debemos ver lo que tenemos, sea mucho o poco, como la oportunidad que nos dan para demostrar que somos productivos. Tal vez no estudias en la mejor universidad de Las Vegas, pero tienes la posibilidad de estudiar y debes aprovecharla. Haz bien lo que te corresponde, donde sea que te encuentres, porque esa es tu oportunidad, es todo lo que tienes para salir adelante y no debes desperdiciarlo con lamentosy quejas.

Ahora, veamos lo que cada siervo produjo con lo que recibió:
En total, produjeron 7 talentos, pero el tercer siervo no produjo nada, por eso tiene el 0% y es impactante ver que al sacar el cálculo de la producción total, sumando lo que recibieron, quien no trabajó y se quedó con el mismo talento que recibió desde el inicio, tiene un 6.66%, el número de la bestia en el libro de Apocalipsis, es decir que recibir y no producir nos aleja de Dios. Él te ha dado inteligencia, pero tú debes estudiar y superarte; te ha dado trabajo, pero tú debes levantarte temprano y aprovecharlo; te ha dado cónyuge, pero de ti depende cómo lo trates y seas feliz en el matrimonio. Dios no se esforzará por ti, eres tú quien debe producir con lo que has recibido.

Ahora que ya vimos lo que cada uno recibió, y lo que produjo, analicemos lo que el amo hizo para redistribuir los bienes y recompensar a quien se esforzó:
Al siervo necio le quitaron el talento y se lo dieron a quien más había recibido y duplicó lo que tenía. Por eso, ahora vemos que tiene 11 talentos que representan el 73.3% del total de bienes. Algunos podrían decir que es una distribución injusta, pero la ley del Señor es que recibirá más, quien lo merezca.

Hay un momento cuando Dios te da porque lo necesitas, pero llega el momento cuando te promueve porque lo mereces. ¡Esfuérzate para llegar a ese nivel y recibir lo que mereces por trabajar duro y ser productivo!

En esta última tabla a continuación, vemos un resumen de la productividad de los tres siervos. Al analizarla, vemos que Dios les dio a todos, aunque no todos fueron productivos y recibió recompensa extra quien más se esforzó. Por ello, el tercer siervo, quien al inicio tuvo el 12.5% del total de bienes, bajó al 6.66% porque fue improductivo, y al final se quedó sin nada.

El hijo pródigo es un buen ejemplo del proceso que debemos seguir para ser productivos porque dijo que se levantaría, iría donde su padre y le pediría perdón. Es decir que debemos planificar lo que haremos y luego, ejecutarlo con el objetivo claro en mente. Toma en cuenta que según las estadísticas, el 20% de lo que hacemos provoca el 80% de nuestros resultados. Significa que el 20% de lo que predico impacta en el 80% de las personas; el 20% de los empleados de una empresa producen el 80% de las ganancias que se obtienen; por ello, el 20% de las personas poseen el 80% de las riquezas del mundo. Esfuérzate por ser parte de ese 20% de personas que genera beneficios propios y para su comunidad. 

Agradécele al Señor los talentos que te ha confiado y prométele que los aprovecharás al máximo, multiplicando todo lo que te ha dado y lo que te dará, para beneficio de muchos y gloria Suya.

¡Aprovecha Tu Oportunidad!

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